-Por Cann Farm
Es usual que la gente quiera mantenerse en forma, evitando el sobrepeso o la obesidad. Por un lado, la motivación para ello se da por razones estéticas: a muchas personas les gusta verse en forma. Sin embargo, también hay razones de salud por las que todos deberíamos cuidar nuestro peso, pues la obesidad, o incluso el sobrepeso, puede incrementar nuestro riesgo a desarrollar enfermedades que atentan contra nuestra vida. A continuación, te contamos todo lo que necesitas saber sobre ello.
¿Qué es la obesidad y el sobrepeso?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad pueden ser definidos como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede perjudicar la salud. Como explica esta institución, este fenómeno sucede como causa de un desbalance entre las calorías consumidas por una persona y las calorías usadas.
¿Qué quiere decir esto? Las calorías son una medida de energía. Originalmente fue definida como la cantidad de calor requerida a una presión específica para elevar la temperatura del agua en un grado (actualmente tiene otra definición en términos de una magnitud diferente).
Esto suena complicado y no parece tener relación con la comida. Sin embargo, en realidad podemos entenderlo de la siguiente manera. La comida contiene energía. Ahora, como explica la Enciclopedia Británica, el cuerpo humano puede ser entendido como una especie de motor o máquina que libera la energía presente en ella. Esta energía es utilizada para mantener la estructura del cuerpo y sus funciones, así como para hacer tareas mecánicas, como caminar.
Ahora, cuando consumimos más calorías de las que usamos, la energía puede almacenarse en forma de grasa en nuestro cuerpo, haciendo que subamos de peso. Según la OMS, el desbalance que lleva a la obesidad tiene como causa principal un consumo incrementado de comidas altas en grasas y azúcares o un aumento de inactividad física.
¿Cómo sabemos si tenemos más peso del que debemos? A través del índice de masa corporal o IMC. Como explica Our World in Data, un proyecto de investigación alojado en la Universidad de Oxford, este es un índice simple que relaciona el peso de una persona con su talla y nos permite determinar si una persona tiene sobrepeso, es obesa o más bien tiene menos peso del que debería. Para obtener este índice, solo debemos tomar el peso de una persona en kilos y dividirlo entre el cuadrado de su talla en metros.

¿Qué nos dice el IMC?
Una vez que obtenemos el IMC de una persona, podemos clasificarla según este resultado. En otras palabras, podemos determinar si tiene un peso adecuado, si tiene sobrepeso o si está obesa. Cabe resaltar que la clasificación a partir del IMC depende del grupo de edad. Por ejemplo, los niños y los ancianos tienen formas especiales de ser clasificados, pero estos no serán tema de esta entrada. Si quieres información sobre ellos, puedes visitar la siguiente página.
En el caso de los adultos, la OMS establece que una persona tiene sobrepeso, si tiene un IMC mayor o igual a 25 y es obesa si este es mayor o igual a 30. Por otro lado, si la persona se encuentra en un rango de entre 18.5 y 24.99, entonces se considera que tiene un peso normal. En la tabla de abajo, realizada por Our World in Data, podemos ver las distintas clasificaciones de acuerdo al IMC.

Como podemos ver, el IMC incluso nos sirve para subclasificar los distintos tipos de obesidad. Así, por ejemplo, tenemos obesidad clase I, obesidad clase II y obesidad clase III. Esta subclasificación permite a los médicos entender mejor los riesgos para la salud de un paciente: una persona con obesidad clase III tiene más riesgos que una clase II y esta, a su vez, más que una persona clase I.
¿Por qué es riesgoso tener un IMC elevado?
Lo siguiente que tenemos que entender es por qué es riesgoso tener sobrepeso u obesidad. Según la OMS, un IMC elevado incrementa el factor de riesgo de enfermedades no transmisibles como las enfermedades cardiovasculares, tanto del corazón como también accidentes cerebrovasculares; desórdenes musculoesqueléticos, como la osteoartritis e incluso algunos cánceres, como el de próstata, de mama, de hígado o de colon.
De hecho, como explica la OMS, mientras más IMC tiene uno, más riesgo de desarrollar estas enfermedades. Es decir que, por ejemplo, una persona con obesidad clase uno tiene más riesgo de desarrollarlas que una persona con solo sobrepeso.
Según Our World in Data, la obesidad es uno de los mayores problemas de salud del mundo. El gráfico de abajo, proporcionado por esta institución, muestra cuántas muertes a nivel mundial están relacionadas con distintos factores de riesgo, como fumar o consumir alcohol. Como se puede apreciar, la obesidad es el quinto factor de riesgo más importante.

Como podemos ver, para el 2017, 4.72 millones de muertes estuvieron asociadas a la obesidad como factor de riesgo. Esto equivale al 8% de todas las muertes a nivel global de ese mismo año. Más preocupante aún es que se estima que, en el 2017, el 15% de muertes en Latinoamérica, Europa del Este, Asia Central y África del Norte están asociadas a la obesidad.
¿Cómo podemos reducir la obesidad?
Como explica la OMS, el sobrepeso y la obesidad son prevenibles. Desde un punto de vista individual, las personas pueden limitar la ingestión de azúcares o grasas, incrementando el consumo de vegetales, granos o nueces. Pueden también incrementar su actividad física.
Sin embargo, también es necesario un entorno favorable para ello. Las decisiones sobre qué comer dependen mucho sobre las alternativas que tienen las personas, así como la influencia que estas tienen de su comunidad. A un nivel global, por ejemplo, las compañías pueden intentar reducir los azúcares o grasas de los alimentos que venden. De esta manera, reducir la obesidad es un tema de salud pública.
SI quieres saber más sobre este tema, te recomendamos visitar la siguiente página.