El cannabis en el manejo del dolor

18 Ene, 2021 | Cannabinoid Health

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-Por Lorena de la Peña, Phd

El cannabis de uso medicinal se presenta como una herramienta más para el manejo del dolor. Existe abundante evidencia científica que así lo afirma. Sin embargo, el dolor es una condición compleja que se puede originar por causas muy diversas. Por todo ello, es importante conocer tanto las bases fisiológicas del dolor, como los mecanismos de acción de los potenciales agentes terapéuticos para poder ofrecer al paciente la opción más eficaz. 

¿Qué es exactamente el dolor y por qué lo experimentamos?

Según la definición oficial del dolor que precisa la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, IASP por sus siglas en inglés, el dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable similar o asociada a la que experimentamos cuando se dañan nuestros tejidos. ¿Por qué es tan complicada esta definición, si todo el mundo sabe lo que es el dolor? Pues porque el dolor es muy complejo y, sobre todo, es una experiencia personal que está influenciada no sólo por nuestra biología, sino también por factores psicológicos y sociales. 

En otras palabras, el dolor y la percepción del dolor son subjetivas. Ante el mismo estímulo, dos personas lo percibirán de manera distinta y lo tolerarán de manera distinta. Podemos suponer también que necesitarán manejarlo de manera distinta.

El dolor tiene diversos orígenes

El dolor se puede clasificar de diferentes formas según su duración, origen o el tipo de tejido al que afecta. Así pues, el dolor agudo ocurre de pronto y por tiempo limitado, usualmente en respuesta a un daño físico a un tejido como la piel, un músculo, hueso, etc. Por otro lado, el dolor crónico se define como aquel que persiste en el tiempo y no responde parcial o totalmente al tratamiento. Usualmente acompaña a una enfermedad subyacente. El dolor crónico puede ocurrir como resultado de un daño al organismo. De hecho, frecuentemente es el resultado de un daño a los nervios, los cuales transmiten la sensación de dolor al cerebro a pesar de que no existe un estímulo externo.

Otra manera de clasificar el dolor es según su origen. Por ejemplo, al dolor de espalda por mala postura o al dolor postquirúrgico, se le llama dolor nociceptivo. El dolor inflamatorio, por otro lado, surge de una reacción anormal del sistema inmunológico, como por ejemplo el que causa la artritis reumatoide. Finalmente, tenemos el dolor neuropático. Como hemos mencionado anteriormente, podemos percibir dolor por daño en los nervios, los cuales transmiten una señal errónea de dolor al cerebro. Ejemplos de este caso son las neuralgias o la neuropatía causada por ciertas quimioterapias.

La carga personal y social del dolor

Si bien el dolor es un mecanismo de protección de nuestro organismo que tiene como objetivo alertarnos de un daño físico, éste puede convertirse en un problema serio. Independientemente de su origen, presentación o duración, el dolor puede afectar la calidad de vida y la salud mental de la persona, ocasionando trastornos como ansiedad, insomnio e incluso depresión. 

La IASP estima que, a nivel mundial, una de cada cinco personas presenta dolor y que uno de cada diez pacientes es diagnosticado anualmente con dolor crónico. El dolor es la razón mas habitual para buscar tratamiento médico y representa un coste elevado en atención sanitaria, así como en pérdida de productividad.

El manejo del dolor en la actualidad

Existen múltiples clases de compuestos que se utilizan para tratar el dolor, dependiendo de su origen y su severidad. Están por ejemplo el paracetamol y los antiinflamatorios no esteroideos (AINES), como el ibuprofeno, que son usados usualmente para casos de dolor agudo. Tenemos también los antiinflamatorios esteroideos, como la prednisona, que actúa también contra el dolor. 

(La aspirina es un tipo de AINES. Imagen: Wikimedia Commons)

En dolores más intensos se pueden utilizar los opiáceos, como la codeína o la morfina. Estos compuestos se utilizan de una manera controlada por sus efectos adversos y su potencial de dependencia. En casos de dolor crónico pueden ser de ayuda también los antidepresivos, dado el componente emocional del dolor. 

A pesar del amplio abanico de fármacos, un número importante de pacientes, en particular con dolor crónico, no ven resueltas sus necesidades médicas. Hacen falta opciones adicionales.

El cannabis como analgésico

Investigaciones preclínicas en modelos animales sugieren el beneficio y explican los mecanismos de acción de diversos cannabinoides en el tratamiento de los distintos tipos de dolor. Los efectos son multimodales, es decir, actúan a varios niveles por lo que el potencial de eficacia sería importante. En cuanto a la evidencia clínica, se tienen datos sustanciales del beneficio del cannabis en el manejo del dolor crónico y neuropático. 

Los cannabinoides más estudiados son el THC, al cual se atribuye gran parte de la actividad analgésica, y el CBD. Éste último tendría un rol complementario dada sus propiedades ansiolíticas y antiinflamatorias. Es decir, podría no estar actuando directamente sobre el dolor, sino más bien atacando el componente inflamatorio, así como modificando cómo se experimenta el dolor al relajar al paciente. De hecho, no existen a la fecha datos sobre la eficacia del CDB solo como analgésico.

Mirando al futuro: la investigación actual del cannabis en el tratamiento del dolor

En base a la extensa investigación en modelos animales, se sospecha que el cannabis podría tener más beneficios que lo demostrado actualmente en humanos. Por ello, hoy en día se están llevado a cabo a nivel mundial más de 80 ensayos clínicos que investigan diversos compuestos cannábicos para tratar diversas condiciones como dolor crónico, dolor inflamatorio, migraña, dolores menstruales, entre otros. Una línea importante de investigación es también el uso de los cannabinoides para reducir o evitar el uso de opiáceos.

Para finalizar, no podemos dejar de recalcar la importancia de la medicación guiada por un profesional de la salud experto en el uso del cannabis. Si bien los productos aprobados tienen un buen perfil de seguridad, la selección de un producto sin garantías o una dosis o pauta no adecuada podría resultar en una falta de eficacia o incluso en efectos no deseados. Consulte con su médico o contacte con la Asociación Peruana de Medicina Cannabinoide si necesita una referencia.  

Referencias

  • National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine. The health effects of cannabis and cannabinoids: the current state of evidence and recommendations for research. Washington, DC: The National Academies Press; 2017
  • Hill KP, Palastro MD, Johnson B, et al. Cannabis and pain: a clinical review. Cannabis Cannabinoid Res. 2017; 2: 96­104. doi:10.1089/can.2017.0017
  • Gazendam A, Nucci N, Gouveia K, Abdel Khalik H, Rubinger L, Johal H. Cannabinoids in the Management of Acute Pain: A Systematic Review and Meta-analysis. Cannabis Cannabinoid Res. 2020 Dec 15;5(4):290-297. doi: 10.1089/can.2019.0079. PMID: 33381643; PMCID: PMC7759255.
  • www.clinicaltrials.gov accedido el 15 de enero de 2021.